Síntesis sustractiva del color
Beber vino se convierte en una experiencia sensorial para todos los sentidos. Para ello, se diseña un packaging en el que el espectador pasa a ser sujeto activo de la experiencia, creando un escenario onírico e inspirado en los sueños.
Background
Proyecto creado en colaboración con Mallaury Izoard — La estética principal del proyecto se basa en el Surrealismo, un movimiento artístico francés que surgió en 1924 y encabezado por André Breton. Movimiento considerado como una forma de
liberación total de la mente, representado a través de rostros humanos con cabeza de animal, fondos de color irreales y nuestras perspectivas planas.
Pero todo cobra sentido, en cada botella de vino se refleja un universo onírico pero ligado a la categoría que contiene, por ejemplo, para el vino tinto, los humanos con cabezas de animales corresponden a las diferentes carnes o comidas que combinan a la perfección con este tipo de vino, para el vino blanco se representan diferentes pescados y para el vino rosé, una variedad de verduras y lácteos.
Gracias a los filtros que recubren la botella, el universo no es perceptible hasta que extraes la lámina que lo recubre. Esto es posible debido a la teoría sustractiva del color, anulando diferentes luminosidades y por tanto, eliminando la percepción visual.
Para el Bordeaux Rouge, el filtro es de color rojo, absorbiendo las partes rojizas de la etiqueta donde descubrimos principalmente carnes rojas y quesos. Para el Bordeaux Rosé, el filtro es rosa y oculta principalmente vegetales, huevos y legumbres, y por último, el Bordeaux Blanc donde el filtro es azul, anulando principalmente pescados, crustáceos y elementos marinos.
«Para ser interesante, uno tiene que provocar» – Salvador Dalí